6. MASAJE CARDIACO EXTERNO RCP EN PRIMEROS AUXILIOS

Masaje cardiaco externo RCP
Sumario: Víctimas inconscientes con parada del corazón. Masaje cardíaco externo. Técnica para realizar el masaje cardíaco. RCP (Reanimación Cardio-Pulmonar). RCP con un solo socorrista. RCP con dos socorristas. Insuflaciones y presiones cardíacas.


MASAJE CARDIACO EXTERNO RCP

Recuperación cardiorrespiratoria

"Socorrismo y primeros auxilios"


Sí la víctima que estamos atendiendo, además de no respirar y que está inconsciente, se observa que está muy pálida, carece de pulso en las zonas vitales, tiene las pupilas dilatadas y no se oyen o detectan los latidos cardiacos, es muy probable que se haya producido una parada del corazón, por ello debemos aplicar además de la respiración artificial (complemento del sistema respiratorio) un masaje cardiaco externo para intentar reponer el sistema circulatorio de dicha víctima.

Es decir, el masaje es un método terapéutico que consiste en fricciones, amasar o percutir una parte del cuerpo para reactivar la actividad normal de la zona corporal; en este caso, la percusión de la zona externa donde está situado el órgano principal del sistema circulatorio, el corazón.

Por ello, para realizar el masaje cardiaco
la técnica a seguir consistirá en:

1. Colocar a la víctima que sufre la urgencia o dificultad respiratoria sobre una superficie dura y llana, preferentemente elevada (aunque puede realizarse en el propio suelo); colocándose el socorrista a uno de los lados.

2. Buscar el esternón del accidentado y colocará el talón de una de las manos sobre el punto que fija el tercio inferior de dicho esternón (situado unos 4 o 5 centímetros sobre la boca del estómago), y el talón de la otra mano sobre el reverso de la primera.

3. El socorrista mantendrá el torso erguido para que sus hombros estén perpendicularmente, justo encima del esternón del accidentado y sus brazos rectos.

4. El nivel de compresión del tórax es hacerlo descender unos 3 o 4 centímetros y se deja que el mismo se recupere por si solo debido a la elasticidad que posee la caja torácica. 

5. En general el ritmo de dichas compresiones son del orden de 60-70 veces por minuto para personas adultas, unas 80 veces por minuto para los niños con una sola mano, y compresiones ligeras con los dedos a razón de unas 100-110 veces por minuto para los bebes o lactantes.

Como es natural, la víctima que presenta este tipo de patología deberá ser asistida de un complemento a su respiración (respiración artificial) y otro complemento a su sistema circulatorio (masaje cardiaco) para poder finalmente conservar su sistema cardio-pulmonar y con ello la vida de la posible víctima, es decir, 
en un adulto hay que asegurar un ritmo de 12-15 insuflaciones y unos 60-70 masajes cardiacos. 

A esta combinación simultanea de reanimaciones se le conoce como RCP (Reanimación Cardio-Pulmonar), la cual ofrece unos resultados extraordinarios, aunque no hay que desanimarse porque en ocasiones hay que permanecer durante largas horas ejerciéndolo, por ello habrá que realizar relevos de socorristas y es fundamental que estén bien entrenados y coordinados formando un buen equipo, lo cual puede conseguirse con prácticas habituales sobre muñecos que simulan la situación. 

Sin embargo, existen multitud de ocasiones que una persona que asiste a una víctima se encuentra sola, por ello la RCP puede ser entrenada y ofrecida en situaciones de siniestros y accidentes por un único socorrista o dos socorristas, de forma que, para conseguir el ritmo aconsejable de reanimaciones necesarias,las situaciones que pueden presentarse son las siguientes:

• Cuando actúa un solo socorrista:
      1. Comenzará primeramente con dos a cinco insuflaciones lentas
      2. Proseguir con una pauta de dos insuflaciones y quince presiones cardiacas de forma periódica. Como podemos suponer en estos casos el esfuerzo que se realiza es enorme y la fatiga puede desconsolar al socorrista si el accidentado no reacciona de forma más o menos rápida.
• Cuando existan dos socorristas:
      1. Uno de ellos se dedicará a realizar la respiración boca a boca o boca-nariz.
      2. La otra persona asistente al mismo tiempo ejercerá el masaje cardiaco externo, 
      3. Teniendo siempre presente que se debe efectuar la insuflación en la fase que se produce la descompresión del tórax de la última presión que determina la pauta que se haya seguido, no volviendo a comprimir si no ha terminado la insuflación
      4. Es decir, en estos casos primero se realizan de dos a cinco insuflaciones lentas y luego el ritmo llevado por el equipo de socorristas será de una insuflación y cinco presiones cardiacas.

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