5. Factores en la propagación de incendios forestales.

  

PLAN DE ACTUACIÓN CONTRA INCENDIOS FORESTALES

FACTORES EN LA PROPAGACIÓN DE INCENDIOS FORESTALES



1. LOS FACTORES CLIMATOLÓGICOS.

Los distintos factores que configuran la situación meteorológica de la zona en que se produce un incendio condicionan su evolución. 

Entre dichos factores los que tienen una mayor incidencia son los siguientes:

  • A) El viento.
  • B) La temperatura.
  • C) La humedad.


A) El viento.

Es sin duda el más importante de los tres, especialmente por determinar en gran medida la velocidad de propagación del fuego. Debido a la distribución de las tierras y de los mares y el cambio de estaciones del año, sobre la superficie de la tierra se producen diferencias de temperatura de unas regiones a otras que originan movimientos horizontales de aire que constituyen los vientos generales.

Por otra parte, en áreas determinadas y debido también a diferencias de temperatura entre el día y la noche o entre distintas situaciones topográficas surgen los vientos locales, cuya acción se sumará a la de los vientos generales. Estos vientos locales afectan muy directamente al comportamiento del fuego y a su vez las variaciones de calor del incendio modifican las características del viento local, produciendo corrientes ascendentes y remolinos. De estos vientos los que presentan mayor interés en la lucha contra el fuego son los vientos de ladera y los vientos de valle, cuya aparición está muy ligada a la topografía del terreno.


Vientos de ladera.

Durante el día en las laderas de las montañas el aire se calienta más en las partes bajas que en las altas por lo que, por convección, tienden a subir formándose los vientos de ladera ascendentes. 

Estos vientos son más intensos en las solanas, por recibir más calor, que en las umbrías, con 
frecuencia son turbulentos y su velocidad está comprendida entre los 6 y 7 km./h. Por la noche, el aire de las zonas altas de las laderas se enfría más rápidamente que en las bajas y al ser más pesado tiende a bajar por la acción de la gravedad, dando lugar a los vientos de ladera descendentes. Los vientos descendentes son más estables que los ascendentes y su velocidad bastante menor, variando entre los 1 a 3 km./h.


Vientos de valle.

En los valles en pendiente formados por dos laderas enfrentadas que se unen por su parte inferior, aparecen, por las mismas razones que en el caso anterior, los vientos de valle, pero que presentan una mayor intensidad. Así los vientos de valle, durante el día, oscilan entre los 16 y 30 km./h, y los vientos descendentes, durante la noche, entre los 12 y 25 km./h.


Acción del viento sobre el incendio.

El viento es un factor determinante de la intensidad, dirección y velocidad de propagación del fuego y, por tanto, significa un condicionante fundamental en la lucha contra los incendios forestales. 

Los principales efectos del viento sobre el incendio son los siguientes:

  • Desecación de la vegetación, que no ha sido afectada por el fuego, adelantando el momento de su quema.

  • Avivar el fuego mediante la aportación de mayores cantidades de oxígeno a la combustión.

  • Propagación de las llamas hacia el combustible que está sin arder provocando su ignición.

  • Desplazamiento de chispas o pavesas a zonas no incendiadas que ocasionarán focos secundarios en el incendio.

  • Cambios imprevisibles en el avance del fuego como consecuencia de las variaciones en la velocidad y dirección del viento.


B) La humedad atmosférica.

La humedad relativa del aire, que determina el contenido en vapor de agua del mismo, influye en el comportamiento del fuego en la medida que determina la humedad del combustible. 

Por consiguiente, cuanto menor sea la humedad relativa del aire, los combustibles estarán más secos y, por tanto, arderán más rápidamente. 

En cambio, si la humedad relativa es alta los combustibles estarán más húmedos y se quemarán con más dificultad. 

El hecho de que la humedad relativa suele ser menor durante el día que por la noche, favorece que la vegetación presente mayor facilidad para arder en las horas diurnas. Como en las áreas con vegetación arbolada se crea un microclima más húmedo que en las que están cubiertas de matorral, en éstas será mayor el riesgo de incendio.


C) La temperatura.

La temperatura cuando alcanza valores elevados, como sucede en los meses de verano, puede contribuir a la iniciación y propagación del fuego al producir los siguientes efectos:

  • La desecación de los combustibles que será mayor cuanto más alta sea la temperatura.

  • El calentamiento del suelo que originará, por convección, corrientes ascendentes de aire.

Estos efectos tendrán mayor incidencia en las horas de máxima insolación que son las primeras horas de la tarde y por tanto serán también las de mayor riesgo de incendios.



2. LA TOPOGRAFÍA DEL TERRENO.

Debido a que los terrenos forestales corresponden, en general, a zonas de montaña, suelen presentar una orografía muy complicada con pendientes elevadas, alternancia de crestas y valles, cortados, etc., lo que determina una gran influencia en el comportamiento del fuego, no sólo por sus efectos directos, sino también porque esta configuración del terreno condiciona las características de los otros factores: la vegetación y la climatología. 

Los tres elementos de la topografía más importantes para los incendios son:

  • A) La pendiente.
  • B) La exposición.
  • C) El relieve.


A) La pendiente.

Los terrenos en pendiente favorecen la continuidad vertical de la vegetación y la aparición de los vientos de ladera ya considerados y, por tanto, facilitarán la propagación del incendio. 

Cuando el fuego avanza ascendiendo por una ladera, su velocidad aumenta al incrementarse la pendiente debido a que:

- Los combustibles están más próximos.

- El viento ascendente va desecando la vegetación antes de que llegue el fuego.
- Aumenta la velocidad del viento.
- Se forman corrientes de convección.

Se ha estimado que la velocidad de propagación se duplica en una pendiente del 10% y se cuadriplica en una del 20%. El fuego también puede avanzar ladera abajo, bien porque sea un incendio de gran intensidad o bien porque los vientos sean descendentes, como suele ocurrir de noche. Entonces el avance se hace más lento.


B) La exposición.

Según que una ladera esté orientada al Sur, solana, o al Norte, umbría, las cantidades de calor del Sol que recibe son distintas y como consecuencia también tiene distinta cantidad de combustible. 

En general, las solanas están sometidas a una mayor insolación por lo que tienen menor humedad 
y menos vegetación que las umbrías y además en las solanas se formarán con más frecuencia corrientes de convección ascendentes, por lo que el fuego avanzará más rápidamente.


C) El relieve.

Si el relieve forma valles estrechos o vaguadas el fuego puede pasar con facilidad de una ladera a otra y también hay que tener en cuenta que, pueden actuar como verdaderas chimeneas en las que los vientos de valle que se formen pueden alcanzar gran velocidad y con ellos las llamas del fuego que propagan. 

Esto puede crear situaciones de alto riesgo para el personal que trabaja en la extinción.


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