16. OPERACIONES EN INCENDIOS DE APARCAMIENTOS SUBTERRANEOS

Curso de extinción de incendios de garajes y aparcamientos subterráneos
Tema del curso online emergencias bomberos. Resumen: Diferentes tipos de incendios en entorno urbano. Incendios en garajes. Aparcamientos subterráneos (sótanos). Tipos de aparcamientos. Aparcamientos subterráneos de un solo uso. Aparcamientos subterráneos que forman parte de un edificio sobre rasante. Acceso por monta-coches y escalera interior. Acceso por una sola rampa sin caja de escalera. Acceso por una rampa con caja de escalera. Accesos constituidos por varias rampas. Accesos con varias rampas y cajas de escalera. Materiales combustibles en aparcamientos. Humos y gases desprendidos en incendios subterráneos. Localización del foco de incendio.

Abstract: Course of fires in underground car parks or garages. Different types of fires in an urban environment. The relative location. Morphology of the underground car park. Types of car parks. Combustible materials in parking lots. Smoke and gases released in underground fires. Fire fighting in garages. Location of the source of fire.



INTERVENCIONES DE BOMBEROS EN INCENDIOS DE GARAJES

Curso de operaciones en emergencias para bomberos



1. DIFERENTES TIPOS DE INCENDIOS EN ENTORNO URBANO

Hasta este punto hemos desarrollado un incendio de vivienda estándar, pero sabemos que dependiendo del huso y las características vamos a encontrar grandes diferencias.

El Código Técnico de la Edificación contempla los siguientes usos:

  • Residencial vivienda.
  • Aparcamiento.
  • Hospitalario.
  • Administrativo.
  • Docente.
  • Comercial.
  • Residencial público.
  • Pública concurrencia

Esto nos hace ver la diferencia que nos vamos a encontrar en cuanto a:

  • Carga térmica.
  • Densidad de ocupación.
  • Accesibilidad.
  • Facilidad de ventilación.
  • Dificultad a la hora de la evacuación, etc.

Para aquellos incendios con una elevada carga térmica debemos contemplar:

  • El uso de instalaciones de ataque con mangueras de 45 mm Ø, que supone:

      1. Mayor consumo.
      2. La movilización de vehículos nodriza.
      3. Localización de puntos de abastecimiento.

Materiales combustibles:

También tenemos que tener en cuenta la gran variedad de materiales combustibles, algunos almacenes de locales comerciales pueden ser potencialmente peligrosos.

Las dimensiones, distribución, sectorización, etc., pierde la típica configuración de una vivienda.

Nos encontraremos con grandes espacios diáfanos, largos recorridos, complicaciones para la utilización de la ventilación, etc.

En el caso de edificios públicos (hospitales, hoteles, centros comerciales, etc.):

      1. Es probable que a nuestra llegada tengan activados Planes de Autoprotección con recursos propios y que hayan realizado diferentes acciones.
      2. Localizar al responsable para recibir información y coordinar la intervención.

Estas y otras características bien diferencias van a cambiar la sistemática de intervención variando tren de salida, cantidad de recursos, tipos de instalación, etc.

Como casos especiales vamos a desarrollar a continuación el incendio en garajes y en próximo capítulo, los incendios en Edificios de Gran Altura (EGA).



2. INCENDIOS EN GARAJES


Las consideraciones más generalizadas ante un incendio tienden comúnmente a estudiar el riesgo sobre el enfoque de la naturaleza estricta del combustible, sobre el que se hace recaer toda la valoración de la posible peligrosidad, sin mención, las más de las veces, de otras circunstancias.

  • Esto hace que con frecuencia se clasifiquen y tipifiquen los riesgos de una manera bastante simple y a menudo poco acertada, especialmente si además no se tienen en cuenta factores tan importantes como los de la localización relativa de cada riesgo y las medidas de tipo constructivo que eviten la propagación del fuego y del humo.


La localización relativa

La localización relativa, o lo que es lo mismo, la ubicación del riesgo respecto a su entorno, tiene dos formas de ser considerada:

      1. La situación dentro del edificio, directamente relacionada con su altura, volumen y distribución.
      2. La relación de proximidad con riesgos singulares cercanos.

Tanto una como otra pueden hacer variar considerablemente el nivel de peligrosidad, ya que han de tenerse en cuenta no solamente los posibles daños del incendio en sí (es decir el valor del riesgo) sino también el grado de dificultad que va a presentar el salvamento y la lucha contra el fuego en función de esa localización relativa.

  • A título de ejemplo, es fácil comprender que el incendio de un dormitorio será muy distinto si está situado en una vivienda en un primer piso que si lo está en la de un piso veinte, pues lógicamente las dificultades de evacuación y extinción con medios procedentes del exterior serán considerablemente mayores en este segundo caso, aún cuando el mobiliario y enseres contenidos en ambos dormitorios sea idéntico.

  • Por lo mismo se establecerán diferencias de peligrosidad entre dos habitaciones de igual contenido si una de ellas es contigua a un local en el que se encuentran depositados materiales inflamables o explosivos.

Establecida la importancia que tiene el factor de localización relativa respecto a las consecuencias de un incendio -según la zona del edificio puede ahora mencionarse un conjunto de locales que siempre tendrán una peligrosidad definida y concreta por el solo hecho de su ubicación:

  • Los sótanos: en los que los huecos de comunicación al exterior son escasos y faltan por completo en las cotas inferiores.



Aparcamientos subterráneos (sótanos)

La normal ausencia de huecos de ventilación natural en estos locales hace que se produzca una mayor concentración de calor y de humos al no poder disiparse éstos con rapidez, y esto dificulta extraordinariamente los trabajos de extinción manual, pues las posibilidades de orientarse visualmente en estas condiciones para llegar al foco del incendio son casi siempre nulas.

La consecuencia natural es que se invierta más tiempo en iniciar el ataque al fuego y entretanto éste aumenta su extensión y magnitud.

Con estas consideraciones que se han hecho de entrada se comprende mejor la peligrosidad que representa un aparcamiento subterráneo ante un incendio.

Se suman dos situaciones que por separado ya están provistas de un riesgo propio:
      1. La de aparcamiento como contenido del local o del edificio.
      2. La de ser subterráneo como factor de localización peligrosa.

Ambas situaciones serán desglosadas a continuación, para posteriormente exponer los problemas que origina un incendio y la extinción del mismo cuando las dos situaciones confluyan en un mismo local.


3. MORFOLOGÍA DEL APARCAMIENTO SUBTERRANEO

Como ya se ha dejado entrever en los párrafo precedentes, en la organización de los trabajos de lucha contra el fuego ha de tenerse en cuenta que:

  • La importancia de la naturaleza del material combustible.
  • El lugar donde se encuentra y
  • El camino que hay que recorrer para llegar hasta él.


En el caso de los aparcamientos subterráneos se ha llegado a producir en la actualidad la suficiente variedad morfológica como para tener que exponer, de forma resumida, los tipos más frecuentes, todos ellos en función del camino que ha de recorrerse desde el exterior para alcanzar cualquier punto del aparcamiento, ya que éste es el factor que condiciona las mayores o menores dificultades para la extinción.

Asimismo, ha de establecerse que los aparcamientos constituidos por una sola planta de sótano tienen un grado de peligrosidad no medible pero determinado, mientras que en los que se desarrollan en más de una planta de sótano, la peligrosidad crece de manera indefinida ya que los tiempos necesarios de recorrido para localizar el foco del incendio aumentan de forma considerable.


4. TIPOS DE APARCAMIENTO

Inicialmente se consideran dos grandes grupos de aparcamiento subterráneos:

      1. Los dedicados únicamente a este fin y que están constituidos por construcciones destinadas a este único uso.
      2. Los que forman parte de un edificio desarrollado sobre rasante.

4.1. Aparcamientos subterráneos de único uso

Constituido por la mayoría de los aparcamientos públicos, elimina un gran peligro:

  • La propagación del humo a las plantas sobre rasante, puesto que no existen.

Sin embargo opera en su contra el hecho de que:
      1. Suelen ser construcciones de gran desarrollo superficial en cada planta que obligan a:
      2. Efectuar amplios recorridos de reconocimiento con el tendido posterior de instalaciones de abastecimiento de agua de grandes longitudes.

Por su parte, puede decirse que ofrecen la ventaja potencial de que sus recorridos interiores sean conocidos al menos por alguno de los miembros del equipo de intervención, que haya acudido en anteriores ocasiones haciendo uso particular de estos aparcamientos.


4.2. Aparcamientos subterráneos que forman parte de un edificio sobre rasante

Los aparcamientos que forman parte de un edificio destinado a otro uso, que son los más abundantes y los que ofrecen una mayor variedad en su morfología y distribución interior, casi siempre condicionada por la forma y tamaño de parcela sobre la que se levanta el edificio.


En estos aparcamientos se introduce un nuevo elemento de riesgo:

  • La conexión existente entre las dos partes de la edificación a través de las cajas de escalera o ascensores por las posibilidades de propagación del fuego y del humo a través de ellos.



5. FORMAS DE ACCESIBILIDAD EXTERIOR

La mayor o menor dificultad para extinguir un incendio en este tipo de construcciones depende básicamente de su accesibilidad desde el exterior.

Esto permite agruparlos por las siguientes formas de acceso:


5.1. Acceso por monta-coches y escalera interior

Esta forma de aparcamiento suele darse en edificios levantados en solares entre medianerías donde la superficie disponible es pequeña y por lo mismo cada planta de aparcamiento es de dimensiones reducidas, lo que produce, en el caso de incendio de un automóvil, una elevada densidad en la concentración de humos.

Tanto el recinto del aparato elevador como el de la caja de escalera forman barreras naturales a la expansión del humo, sobre todo si el camarín del monta-coches está situado en la planta más alta.

Este tipo de aparcamiento se convierte en el de más difícil para la entrada a los equipos de extinción:

      1. Sólo se dispone de la caja de escalera.
      2. En el caso de que existan vestíbulos de aislamiento en el acceso a cada planta y ventilación natural al exterior, la densidad del humo siempre será elevada como consecuencia de las circunstancias señaladas anteriormente.

5.2. Acceso por una sola rampa, sin caja de escalera

Esta modalidad también se suele dar en edificios de pequeña superficie por planta, generalmente en los de viviendas, y lo normal es que haya una sola planta de sótano.

En estos casos el único acceso posible es por la rampa, pero las dimensiones de la misma, al ser su sección mayor que la de una caja de escalera, favorecen la disipación del humo y su salida al exterior en menos tiempo.

Por otra parte, el camino a recorrer se efectúa por terreno liso, sin escalones, mejorándose así las condiciones para efectuar el reconocimiento inicial.


5.3. Acceso por una rampa, con caja de escalera

Aquí se añade la posibilidad de un acceso alternativo en el que ya se pueden aprovechar las posibilidades de la existencia de tiros de aire para llegar al foco del incendio por el camino más favorable.

En un aparcamiento de estas características, la existencia de vestíbulos de aislamiento en la caja de escalera con las puertas correctamente cerradas posibilita una llegada rápida hasta la planta donde tiene lugar el incendio.


5.4. Accesos constituidos por varias rampas

Como se ha mencionado anteriormente, la sección de una rampa forma un hueco de dimensiones tales que permite la evacuación de grandes caudales de humo, por lo que donde existen varias rampas su evacuación y disipación son más rápidas.

A esto ha de añadirse que tales aparcamientos son ya de dimensiones amplias, permitiendo por tanto una dilución de humos en el volumen de aire existente.

Por contra, esta misma características permite una mayor alimentación del fuego al disponer de más oxígeno en el ambiente y por tanto el peligro de propagación es mayor.


5.5. Accesos con varias rampas y cajas de escalera

En este caso existen varias opciones para buscar un camino de penetración, conjugando los tiros de aire establecidos y las distancias a recorrer.

Aparentemente, la situación así planteada parece ventajosa, sin embargo ha de tenerse en cuenta que un aparcamiento que reúna al menos dos rampas y dos cajas de escalera tendrá superficies por planta normalmente superiores a los 1.000 m2.

Se acentuarán dos problemas:

      1. El de la localización del foco de incendio por las grandes distancias.
      2. La propagación del fuego por la mayor existencia de aire que permita una combustión completa.


6. MATERIALES COMBUSTIBLES EN APARCAMIENTOS

Una vez que se han mencionado las características del recinto donde tiene lugar el incendio, se describirán a continuación las del material que lo produce.

Si se han estudiado en primer lugar las circunstancias del entorno, es porque de ellas deriva básicamente la peligrosidad potencial y por tanto las dificultades para los trabajos de extinción, ya que el automóvil en sí, como foco inicial de un incendio, cuando está estacionado, ofrece una peligrosidad que, aun siendo evidente, es inferior a la que generalmente se le atribuye.

Es una idea muy común pensar que los numerosos depósitos de gasolina situados en un aparcamiento constituyen la base del peligro de incendio.

Los ensayos realizados sobre vehículos en condiciones reales han puesto de manifiesto que la capacidad relativa de resistencia al fuego de la carrocería y de las propias paredes del depósito protegen a éste de la inflamación directa; que la sobrepresión causada por el calor ha escapado por las válvulas de seguridad del depósito y que la gasolina se ha consumido a través de las juntas del propio depósito cuando resultan fundidas por el calor. En consecuencia, la explosión del depósito es un hecho de baja probabilidad.

Los puntos de inicio de un incendio, donde se sitúan básicamente es en el motor (carburador y bomba de la gasolina) y en el habitáculo interior, formado por componentes textiles y plásticos en proporción variada.

La carga de fuego que supone un vehículo de turismo actual de carrocería metálica, dependiendo de su tamaño, oscila alrededor del equivalente a 300 kg de madera (se expresa en esta unidad por ser más intuitivo que en mega calorías) y en el caso de carrocería enteramente de plástico puede llegar a duplicarse.

Sin embargo esta cifra no debe inducir a error, ya que en una planta de aparcamiento enteramente ocupada, los pasos destinados a la circulación y las distancias que se dejan entre coche y coche crean numerosas superficies vacías, llegando a obtenerse una carga de fuego para el local del orden de los 17 kg. de madera por m2 , debiendo observarse, además, que en los aparcamientos no hay revestimientos y acabados combustibles dignos de mención, es decir que toda la carga térmica está en los propios automóviles.

  • Como ilustración baste señalar que en un edificio de oficinas decorado y amueblado con un buen nivel de confort, la carga de fuego llega a 50 kg/m2 , y aun cuando en un sótano el peligro es mayor que en un local situado por encima del nivel de rasante, la ausencia de fuego en paredes, suelo y techo permite concentrarse directamente en la localización del objeto incendiado.

En cuanto a la propagación a los vehículos próximos, además de la separación existente entre uno y otro se cuenta con el retardo que proporciona la carrocería metálica hasta que penetra el fuego en el interior del habitáculo.

Puede añadirse como factor de propagación el propio volumen del aparcamiento: si la planta es de grandes dimensiones hay una disipación del calor que no se da en los de superficie reducida, sobre todo si el acceso es con monta coches, pero en este caso la concentración del humo en el poco espacio disponible dificulta la aportación de oxígeno al foco retardado la combustión y por tanto la concentración de calor.

  • Por todo ello, la propagación a los vehículos próximos es más bien lenta y la mayor parte de las veces evitable.

En otro orden de cosas, en los aparcamientos subterráneos suele darse la existencia de otros focos potenciales de incendio en locales contiguos, ya sean trasteros, cuartos de transformadores, calderas de calefacción, etc. cuya peligrosidad es controlable, en lo que afecta al propio aparcamiento, mediante la adecuada compartimentación de los respectivos locales.


7. EL HUMO Y LOS GASES DESPRENDIDOS

La consecuencia más inmediata del incendio en los aparcamientos subterráneos, que es a la vez la más importante, es la producción y propagación del humo, lo cual constituye el principal riesgo de esta clase de locales.

Los materiales combustibles que hoy día se utilizan en la fabricación de los vehículos a motor generan grandes cantidades de humo casi sin excepción.

Por lo que pequeños incendios bastan a veces para producir humos y gases que, ayudados por la poca altura de techos y la existencia de rampas, invaden rápidamente todas las plantas.

La velocidad de desarrollo del incendio varia si éste se ha iniciado en el habitáculo o en el motor, pero en el primer caso, de haber una ventanilla abierta (o bien a partir de la rotura de un cristal por el calor) la aportación de oxígeno a la tapicería acelera el proceso de forma que bastan de 10 a 12 minutos para generar tal cantidad de humo, que se produce el oscurecimiento total en un recinto de aproximadamente 4.000 m2 .

Este oscurecimiento (es decir la ocupación por el humo de todos los niveles entre suelo y techo, y no solamente en la parte superior) se atribuye por una parte a la turbulencia del foco y por otra al enfriamiento progresivo a medida que se aleja del punto de origen del fuego, pues al ser grandes los volúmenes, no hay convección natural suficiente para evacuar el humo y ventilar, por lo que hay invasión de humos sin elevación apreciable de temperatura.

En cuanto a la naturaleza de los productos en suspensión, éstos son fundamentalmente:
  • monóxido de carbono
  • dióxido de carbono
  • partículas de hollín
  • humos
  • gases irritantes con componentes de cloro que atacan los ojos y las mucosas de las vías respiratorias.


8. EXTINCIÓN DE INCENDIOS EN GARAJES

Cuando se trata de extinguir un incendio localizado en un punto bajo la rasante, hay que contar de antemano con los problemas que son comunes a todos los sótanos que responden a la siguiente enumeración:

      1. Falta de aire respirable, provocando situaciones de asfixia que obligarán al empleo de equipos respiratorios.
      2. Falta de visibilidad, tanto para localizar el foco como para reconocer la estructura del edificio y su protección.
      3. Necesidad de hacer la penetración en sentido descendente, es decir, el inverso del que recorre el humo en su tiro natural.
      4. Salida de una gran masa de humo que no se puede controlar.
      5. Concentración de calor, en función del volumen por planta, con influencia sobre la estabilidad de la estructura.
      6. Carencia absoluta de orientación en el interior que obliga a utilizar técnicas específicas para trabajo con baja o nula visibilidad.
      7. Imposibilidad de localizar victimas, si las hay hasta que se disipe el humo, ya que se desconoce en que punto han podido caer desvanecidas.


9. LOCALIZACIÓN DEL FOCO DE INCENDIO

Una vez equipados adecuadamente se ha de iniciar la localización del foco.

Este trabajo especifico en los sótanos es penoso y arriesgado, pues hay que luchar contra la falta de visibilidad, el desconocimiento del terreno y la inseguridad sobre la respuesta de la estructura, que en definitiva se traduce en el empleo de tiempo con el único fin de encontrar el punto del incendio.

El resultado es que frente a otros incendios, el de un sótano, a igualdad de combustible es el que más tiempo necesita para su extinción y esa es una de las causas de su peligrosidad.

El acceso al aparcamiento por donde se inicia el recorrido, ya se indicó al describir las formas de construcción de éstos:
      1. Si hay un acceso único la respuesta es obvia.
      2. Si hay más de uno, la orientación de los tiros de humo permitirá buscar el camino más favorable.

• Si cuenta con escalera sectorizada que nos permite bajar hasta la última planta directamente podemos utilizarla para:

  • Abrir puerta a puerta por plantas de abajo hacia arriba, sabiendo que la primera que encontremos con gran densidad de humo y calor es en la que se encuentra el foco.


• De lo contrario nos veremos obligados a recorrer planta a planta todo el aparcamiento hasta encontrar el vehículo o vehículos incendiados, salvo que se reciba la información, no muy habitual, de alguna persona conocedora del local y de la posición del punto donde se originó el incendio.
  • Aun así hay ocasiones en que no se localiza fácilmente, pues la densidad del humo puede llegar a extremos de no poder ver la propia mano.

Actualmente, la mayoría de servicios disponen de cámaras de visión térmica:
      1. Gracias a esta tecnología, el rescate, la detección del incendio y la seguridad del personal de extinción han mejorado notablemente.
      2. Ahora bien, si se produce el fallo del aparato (puede ocurrir por saturación térmica) o este se queda sin batería durante la actuación, el riesgo aumenta considerablemente, pues debido a la falsa sensación de seguridad, el personal puede quedar perdido en el local.
      3. Por ello, aunque nos beneficiemos de sus ventajas, no habrá que olvidar adoptar las medidas obvias de seguridad que recomienda cualquier manual de buceo en humo (cuerda guía, control de aire, etc.).